domingo, 29 de noviembre de 2015

Diálogo.

Recuerdo que hace unos años elegía guardarme las cosas, no decirlas. Creo que por eso acumulé, acumulé y acumulé. Hasta que finalmente exploté.

Decidí que iba a ser una infeliz toda la vida si seguía de esta manera. Sin decir las cosas que sentía, sin ponerle el freno a las personas o a las situaciones cuando más me herían, sin hablar las cosas que me pasaba, etc.

Tenía una cuota de orgullo, de hecho casi siempre lo fui. Hasta que me di cuenta que no sirve de nada. Terminas perdiendo en todo sentido.

La base de tener una buena relación (ya sea amistad, noviazgo, familiar, laboral, etc), es el diálogo.

Imáginense estar haciéndose la cabeza todo el día por una situación que nos hace mal, por tener que estar tragándonos el mal, las palabras que nos decimos, tapando nuestros sentimientos... Todo, por no hablar. 

Sería demasiado.

Hablar las cosas calma. Genera esperanza, alivio, casi como sacarte una mochila de encima.
Y de más está decir que no hay que arrepentirse, por algo pasan las cosas. Lo mejor es saber que nosotros mismos manejamos nuestra mente y elegimos ser felices. Por eso, si hay cosas que callas por miedo, inseguridad, comodidad, por evitar una pelea y demás, estás haciendo lo incorrecto. Permitime aconsejarte algo. Si no podes hablarlo, escribilo. Si no podes escribirlo, hablalo. Siempre sin gritar, sin querer tapar a la otra persona. Escuchate, escuchá. Que todo tiene solución.

Si estás pasando por un momento en el cual quisieras decirle a algo a una persona y no sabes cómo: escribilo.

A mi siempre me hizo bien escribir. De chica tuve muchos diarios íntimos, donde anotaba pensamientos, mi día a día, amores y desamores, anécdotas, tristezas. Con el tiempo solo tomaba una hoja y un lápiz cuando necesitaba desahogarme. Luego con el tiempo (pasaban meses e incluso años) volvía a encontrar esa hoja y me leía. Tiendo a minimizar el problema cuando pasa el tiempo, porque al final nada es tan grave. Leo y digo "¿por ésto estuve tan triste?". Y veo que al final, aquéllo que tan mal me puso en su momento, ya fue solucionado.

Cuando escribimos procesamos la información, podemos entendernos más y logramos la manera de que el otro individuo también nos entienda. Porque si buscamos hablar, estamos queriendo encontrar la manera de que el otro nos pueda comprender, entender, aceptar. No callemos por miedo, paraliza. Hablemos todo, creemos nuestro bienestar. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario