jueves, 12 de noviembre de 2015

Ausencias

Hay ausencias que no podemos tapar, no podemos reemplazar con nada ni nadie.
Cuando alguien se va, nos sigue enseñando desde donde se encuentre, a aprender a vivir sin ellos físicamente. Si sólo lloramos por recuerdos, por nostalgia, por impotencia, egoísmo -por qué se fueron-.
Respaldémonos en todo lo que nos haga bien y aceptemos a la gente que se respalda a su manera: en la música, religión, lectura, estudio, amistades, baile, deporte, política, etc.
Aprendamos nosotros también a que no podemos juzgar a nadie sin antes conocer su historia.

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